Las buenas relaciones familiares ayudan a sus hijos a sentirse seguros y amados. Te ayudan a sentirte bien a ti también. Crea buenas relaciones en tu familia con tiempo de calidad, comunicación, trabajo en equipo y aprecio.
¿Por qué las relaciones familiares son importantes?
Las buenas relaciones familiares son positivas para los hijos simplemente porque se siente bien de ser parte de una familia cálida y amorosa.
Pero las buenas relaciones familiares también son importantes por muchas otras razones:
- Hacer que los niños se sientan seguros y amados, lo que ayuda a desarrollar su cerebro
- Puede ayudar a superar las dificultades con la alimentación, el sueño, el aprendizaje y el comportamiento de los niños.
- Facilita la resolución de problemas y la resolución de conflictos.
- Te ayuda a ti y a tus hijos a respetar las diferencias de opinión a medida que los hijos desarrollan más independencia.
- Dan a los niños las habilidades que necesitan para construir relaciones sanas propias.
Por eso siempre vale la pena mirar las relaciones que compartes con tus hijos y otros miembros de la familia, y pensar cómo puede mejorarlos.
Como madre o padre, estás haciendo lo mejor que puedes para tus hijos, probablemente mientras haces malabarismos con el trabajo, los amigos, las labores del hogar y más. Pero incluso para los padres más ocupados, hay muchas cosas fáciles que puedes hacer para desarrollar buenas relaciones familiares.
Las buenas relaciones familiares son una parte importante de las familias fuertes. Las familias fuertes crecen desde el amor, la seguridad, la comunicación, la conexión, y también a partir de algunas reglas y rutinas.
Apreciación mutua
Valorar a los demás es el corazón de las buenas relaciones familiares. Aquí hay algunas maneras en que puedes hacer esto:
- Interésate en la vida de tu hijo o tu pareja. Por ejemplo, tómate un tiempo para asistir a los eventos deportivos, representaciones teatrales, espectáculos de arte, etc.
- Incluya a todos en la conversación cuando esté hablando sobre los eventos del día. Por ejemplo, "¿Qué fue lo más destacado para ti hoy, Juan?".
- Comparte historias familiares y recuerdos. Estos pueden ayudar a los niños a apreciar cosas que no son obvias, o que se han olvidado, por ejemplo, los logros deportivos de mamá cuando era más pequeña, o la forma en que una hermana mayor ayudó a cuidar al niño más pequeño después de que él nació.
- Reconoce las diferencias, talentos y habilidades de cada uno, y usa los puntos fuertes del otro. Por ejemplo, si elogias y agradeces a tu hijo adolescente por escuchar a un hermano menor leyendo, él comenzará a verse a sí mismo como útil y le atenderá más en la próxima ocasión.