Tiempo de calidad con los hijos y comunicación positiva

Tiempo de calidad y relaciones familiares.

El tiempo familiar de calidad puede ocurrir en cualquier parte. Se trata de aprovechar al máximo el tiempo que pasan juntos. Aquí te proponemos algunas formas de pasar momentos de calidad con tu familia:

  • Aprovecha el tiempo todos los días para hablar y compartir una risa. Por ejemplo, las comidas familiares y los viajes en coche pueden ser buenos momentos para ponerse al día con los hijos.
  • Ten conversaciones individuales con cada miembro de la familia para fortalecer las relaciones individuales. Puedes pasar cinco minutos antes de que cada niño se vaya a la cama.
  • Reserva tiempo con tu pareja, si tiene. Puede ser una buena idea explicarle a tus hijos que es bueno para tu relación de pareja tener este momento de calidad juntos.
  • Hacer cosas regulares y divertidas juntos en familia. Esto puede ser tan simple como un juego de fútbol familiar en el parque los sábados, o una noche de juegos de mesa familiar cada semana.
  • Tomar decisiones juntos sobre qué hacer para eventos especiales como cumpleaños. Incluso los niños pequeños pueden ser parte de estas decisiones.

Tiempo de calidad con los hijos

Comunicación positiva

La comunicación positiva trata de hacer el tiempo necesario para escucharnos unos a otros, escuchar sin juzgar y estar abiertos a expresar tus propios pensamientos y sentimientos. Cuando tenemos una comunicación positiva en la familia, ayuda a que todos se sientan comprendidos, respetados y valorados, y esto fortalece las relaciones.

Prueba estas ideas de comunicación positiva para fortalecer las relaciones familiares:

  • Cuando tu hijo o compañero quiera hablar, deja de hacer lo que estás haciendo y escucha con toda la atención. Dar tiempo a las personas para expresar sus puntos de vista o sentimientos. Pero a veces es posible que tenga que respetar su necesidad de no hablar, especialmente si son adolescentes.
  • Esté abierto a hablar sobre cosas difíciles, como admitir errores, y todo tipo de sentimientos, incluyendo ira, alegría, frustración, miedo y ansiedad. Sin embargo, recuerda que hablar sobre sentirse enfadado es diferente de enfadarse.
  • Prepárate para conversaciones espontáneas. Por ejemplo, a los niños más pequeños a menudo les gusta hablar de sus sentimientos cuando están en el baño o cuando se van a la cama.
  • Plan de conversaciones difíciles, especialmente con adolescentes. Por ejemplo, el sexo, las drogas, el alcohol, las dificultades académicas y el dinero son temas que las familias pueden encontrar difíciles de hablar. Es útil reflexionar sobre sus sentimientos y valores antes de que surjan estos temas.
  • Alaga a tus hijos y pareja con elogios. Por ejemplo, "Es una gran ayuda cuando traes los platos sin que te lo pidan, Leo. ¡Gracias!'.
  • Mostrar aprecio, amor y ánimo mediante palabras y afecto. Esto puede ser tan simple como decir "Te quiero" a tus hijos cada noche cuando se acuestan.

Comunicación positiva no verbal.

No todas las comunicaciones se realizan con palabras, por lo que es importante prestar atención a los sentimientos que tus hijos y tu pareja expresan de manera no verbal. Por ejemplo, es posible que tu hijo no quiera hablar, ¡pero a veces puede venir a buscar el consuelo de los mimos!

También es importante tener en cuenta los mensajes no verbales. Por ejemplo, abrazos, besos y contacto visual envían el mensaje de que deseas estar cerca de su hijo. Pero un tono de voz gruñón o una mueca cuando haceis algo juntos puede enviar el mensaje de que no quieres estar allí.

Trabajo en equipo

Cuando tu familia trabaja en equipo, todos se sienten apoyados y capaces de contribuir. Es más fácil trabajar en equipo cuando todos entienden cuál es su posición, por lo que es útil tener expectativas, límites y límites claros.

Puedes fomentar el trabajo en equipo de alguna de estas maneras:

  • Compartir las tareas del hogar. Incluso a los niños muy pequeños les gusta el sentimiento de pertenencia que se obtiene al hacer una contribución, ¡a veces, al menos!
  • Incluir a los niños en decisiones sobre cosas como actividades familiares, reglas y vacaciones. Dé a todos, incluidos los niños pequeños, la oportunidad de expresar su opinión. Las reuniones familiares pueden ser una buena manera de hacer esto.
  • Deje que los niños tomen algunas de sus propias decisiones. Las decisiones que permita dependerán de las habilidades y madurez de sus hijos y de los límites que haya establecido. Por ejemplo, puede dejar que su hijo de 12 años decida si va a caminar a casa desde la escuela o andar en bicicleta.
  • Cree reglas familiares que establezcan claramente cómo su familia quiere cuidar y tratar a sus miembros. Por ejemplo, "En nuestra familia nos hablamos con respeto". Reglas como esta ayudan a todos a llevarse mejor y hacen que la vida familiar sea más pacífica.
  • Trabajar juntos para resolver problemas. Esto implica escuchar y pensar con calma, considerar opciones, respetar las opiniones de otras personas, encontrar soluciones constructivas y trabajar hacia compromisos.